Blog
Empezar terapia: un acto de valentía hacia ti misma

Hay un momento, a veces silencioso, a veces desesperado, en el que sentimos que ya no podemos más. O que no queremos seguir igual. Puede que no sepamos muy bien qué nos pasa, solo que algo no está bien. Que algo duele. Que algo pesa.
Y entonces aparece la idea de ir a terapia.
A veces como un susurro. A veces como una necesidad urgente.
Decidir pedir ayuda no es fácil. Lo sé.
Porque nos han enseñado a ser fuertes, a poder con todo, a seguir adelante sin molestar, a no rompernos nunca.
Pero la verdad es que reconocer que necesitas acompañamiento no es debilidad. Es una forma de fuerza. Una que no se ve, pero que cambia tu vida desde dentro.
Empezar un proceso terapéutico es un acto de cuidado.
Un “sí” hacia ti misma.
Un espacio donde poder sentarte contigo, sin juicios, sin exigencias, sin tener que sostenerlo todo todo el tiempo.
En consulta, no necesitas tener todas las respuestas. No hace falta que sepas por dónde empezar. Solo necesitas traer tu verdad, aunque sea confusa, aunque duela, aunque no tenga nombre todavía.
La terapia no arregla lo que eres. Te ayuda a entenderlo, a abrazarlo, a transformarlo.
A veces será suave. A veces incómodo. A veces reparador. Siempre humano.
Porque lo que duele en relación, también se sana en relación.
Cada vez que alguien llega por primera vez a terapia, yo lo veo como un acto de valentía profunda.
Una decisión íntima de elegirte, de escucharte, de dejar de sobrevivir para empezar a vivir más conectada contigo.
Si estás pensando en empezar terapia, pero te da miedo, inseguridad o vergüenza, quiero decirte algo:
Es completamente normal.
Estás dando un paso enorme, aunque aún no lo veas.
Y si decides hacerlo, aquí estaré, para acompañarte en ese camino hacia ti. Ofrezco terapia online para que este cambio sea lo más cómodo para ti.